Aquí vengo con más contenido, perdón el retraso

 Buenas noches, perdón el retraso, estoy un poco resfriada, gracias por mirar el blog, en la publicación anterior nadie a comentado así que vamos directamente con el contenido de hoy, una reseña de Rimas y Leyendas, de Gustavo Adolfo Bécquer, un conjunto de obras en verso y prosa escritas por el.

“Rimas y leyendas” presenta una de las obras más representativas del Romanticismo español, escritas por el ya universal Gustavo Adolfo Bécquer. El magistral poeta combina una aparente sencillez con un asombroso dominio de los recursos estilísticos, dando lugar a dos obras de gran alcance que siguen despertando el interés y la admiración de los lectores de todas las edades. 

A sido un libro muy exitoso desde 1870, cuando fue publicado después de la muerte de su escritor. 

Por último les dejo un capítulo de mi libro:

Capítulo ocho

1era persona

Cuando entré a la construcción de piedra me sorprendí, el lugar era fresco, enorme y merecedor de un rey. Todo el castillo estaba bañado en oro y nos cruzamos con cuatro habitaciones, la primera parecía una especie de cárcel, pero sin llegar a ser tan mortífera. Habían quince camas alineadas perfectamente, un baño y todo lo que alguien podría necesitar como maquillaje, entretenimiento, comida, bebida y ropa de todo tipo. Lo único que señalaba que era una prisión y no una suite era que su puerta estaba cerrada con llave, y por fuera toda la parte que ocupaba estaba cubierta con platino, aunque por dentro la cubrían metales de todos los colores. Esta es la habitación de las hadas prisioneras, nos dijo el Fénix del desierto, la primera palabra que nos dirigía desde que habíamos huido del claro invadido por los nativos en medio de la noche. ¿Por.. por que son prisioneras? Musito Sandra, tan asombrada que casi no podía hablar. Eso se les explicará mas tarde, ahora no hablen si quieren conseguir ese antídoto. Sandra y Thiago me miraron extrañados, como preguntándome para que quería yo esa cura. La mirada del chico permaneció así, extrañada, pero un terror absoluto invadió la de Sandra, creía que yo poseía la maldición. Negué con la cabeza para indicarle que no era así, aunque no era la verdad completa y me volteé al frente, justo a tiempo para subir unos escalones y llegar a la siguiente habitación, mucho mas espaciosa, que tenia una cobertura de piedra y estaba dividida en quince partes, una para cada miembro de... la habitación de los Constructores, leyó Thiago en el cartel de oro que yacía en la puerta. Esta sí parecía una suite completamente. Además de las habitaciones había un área común donde había platos, ingredientes tales como harina, queso, aceite y sal. Además una pequeña cocinita. A través de una puerta mal cerrada pude ver que cada habitación tenia su baño, una cama, estantes y objetos personales, como una habitación normal. Subimos otra escalera y llegamos al lugar que mas ansiaba ver, la habitación de los que portaban armas, de los Armados, como leí en el cartel de la puerta. Allí también había habitaciones divididas, veintitrés, si no me equivocaba. El espacio era muy parecido al de la habitación anterior, las únicas diferencias era que esta estaba cubierta con plata en su interior, y que había armas en exhibición en todo el espacio común. Luego venía la de los Metamorfos, yo tenía miedo de que me iba a encontrar, ya que era una habitación de humanos medio animales, esperaba que estuviera todo sucio, pelos y excrementos por todas partes. Lo que ví fue un gran espacio compartido lleno de cuchas y comida de animales, todo estaba muy limpio y también había habitaciones con camas, una habitación apta tanto para animales como para humanos. La verdad todo estaba mas bonito de lo que esperaba, dentro había una cobertura de bronce y pieles de serpientes como exibhición, igual que las armas en el piso anterior. Luego, pasando por un comedor y un spa llegó la parte mas lujosa del castillo, la parte mas alta. Todo se ensanchó de golpe, formando un amplio circulo de kilometros de ancho, tan solo esa ala de el castillo era mas grande que el pueblo donde habiamos vivido Thiago, Sandra y yo mucho tiempo atras. Entrar allí fue como un balde de agua fría, si todo el castillo era demasiado lujoso ya esto lo era el triple. Había un piso de piedras preciosas, lapislazulí, amatista, diamantes, cuarzo, gemas, zafiros y mucho más. Había cinco increibles habitaciones, cuatro de ellas para los príncipes de Asterión, los portadores de la maldición y otra para el gobernador, rey, duque, comandante o lo que fuera que ejercia el poder allí, en ese lugar en medio de la selva que parecia un mundo paralelo, allí, en el lugar de la riqueza infinita, allí, en Fendyr.